Turno 8. 10 a 16 de agosto de 1941.

El OKW aún se lamenta de su imperdonable error... En estado de shock por las pérdidas de medios mecanizados, imaginan lo que pensarán en Berlín de todo esto. Todas las fuerzas alemanas llegan a la línea del Luga. En el norte se producen combates que favorecen a los alemanes, pero los soviéticos deciden mantener la posicion, a costa de perder a algunos de sus efectivos.

En el sur se lanza un ataque desesperado para salvar a las rodeadas fuerzas blindadas de Novgorad. Se consigue establecer contacto con ellas y alejarlas de la ciudad, que queda vacía entre la destrucción y los carros quemados. Toda la línea del Luga está en contacto con las fuerzas alemanas, pero los informes de inteligencia indican la presencia de un nutrido contingente de refuerzos soviéticos en las proximidades...



Los alemanes han conseguido liberar a sus Panzers de Novgorad, provocando un gran disgusto entre los soviéticos, que esperaban aniquilarlos. En el norte, un ataque contra los alemanes termina en un estrepitoso fracaso, provocando una retirada y el abandono de Kingisepp.

Pero la partida importante se juega en el sur. Las dos unidades blindadas apoyadas por seis de infantería que llegan desde más allá de los Urales golpean con dureza a los alemanes, afectados por la sorpresa (igual que los soviéticos en el primer turno). Los alemanes, incapaces de hacer frente a esos ataques, y buscando la conservación de sus hombres y equipos, ordenan la retirada, perdiendo ya la posibilidad de una conquista rápida de Novgorad. La concentración de fuerzas soviéticas en el final del río Luga, y las cercanías de Novgorad y su carretera es aterradora. Además, las fortificaciones de Leningrado está casi concluida.

Por vez primera el Alto Soviético considera que su posición no es frágil.

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