Conquest of the Empire

Hace unos días celebré mi cumpleaños con los amigotes locales y tuvieron a bien de regalarme unas cuantas friki-cosas, de una manera creo que bastante acertada.

Entre estos elementos está el juego de mesa Conquest of the Empire, del que ahora hablaré un poco.

Es un juego de mesa en el que luchan por el control de Mediterráneo entre 2 y 6 jugadores en una supuesta guerra civil entre los diferentes generales del Imperio Romano. Se recogen impuestos, se reclutan tropas, se invaden territorios y se lucha en batallas con otros jugadores. Estimo que la duración de una partida puede ser de unas tres horas, sin necesidad de llegar la sádica conquista final de todos los territorios.

La primera impresión que tienes al tenerlo entre tus manos es que es un juego masivo. La caja pesa muchísimo, lo que adelanta la calidad de sus componentes. Al abrir la caja encuentras un montón de bolsas de plástico donde se adivinan muchísimas figuras de soldaditos de varios colores, y escarbando se pueden empezar a encontrar los reglamentos (sí, hay dos reglamentos diferentes separados en dos cuadernillos), unas plantillas de fichas (de cartón grueso) y el tablero de juego, de cartón muy grueso (creo que no tengo ninguno tan grueso en mi ludoteca) y de tamaño descomunal.

El tablero está dividido en tres paneles desplegables que llegan a ocupar toda la mesa de un salón (90 x 120 cm aproximadamente). Se encajan cómodamente y dado el peso de los paneles no se mueven por descuido durante el juego. Está muy bien ilustrado, distinguiendo fácilmente toda la información que muestran las provincias: impuestos, nombre y fronteras de cada provincia. Todo tiene un aire de mapa antiguo que te hace sumergirte en la ambientación fácilmente.

Volviendo a las figuras, está muy bien logradas y están a una escala poco mayor de 1/72, mostrando infantes (el típico soldado romado con la lóriga segmentata, vamos, los de Asterix y Obelix), caballería, catapultas, galeras, generales y el César, así como figuras que representan ciudades y caminos de uso general. En general el nivel de escultura es bastante bueno.



En conjunto la calidad de los materiales es sobresaliente, máxime viendo su precio (unos 60 euros de precio oficial en la web de Edge, y tal vez más barato si consigues ofertas en las tiendas o de segunda mano) en comparación con otros juegos como Combat Commander Europe, cuyo precio es mayor (80 dólares, 71 euros importado por El Viejo Tercio) y la calidad de los componentes es mucho más discreta (más wargamera) pese a su caja de grandes proporciones. Supongo que parte de mi admiración ante los materiales se debe a que estoy más acostumbrado a los espartanos wargames de estilo ochentero que a los juegos de mesa de nueva generación.

Los reglamentos, que son dos diferentes, están a todo color y grapados. Explicados en castellano, con letra grande, ejemplos e imágenes ilustrativas. Los dos reglamentos representan dos juegos distintos, el Clásico (que vendría a ser el original del que este es un remake) y el Avanzado, con el que se utilizarán toda una serie de reglas adicionales y cartas que utilizar los jugadores. Además se pueden bajar desde la web de Edge registrándote como usuario.

Particularmente nosotros utilizamos el Clásico como introducción al juego, y en conjunto las impresiones fueron positivas. Reglas sencillas y fáciles de entender, a los 5 minutos ya estás invadiendo el Mediterráneo al mando de tus fieles legiones, con pocas interrupciones para consultar dudas sobre movimientos concretos (especialmente con el uso de las galeras). Los combates se resuelven con sus propios dados de seis caras con símbolos y son claros y sencillos de entender.

La sensación general es que es como un Risk pero con unas cuantas guindas que no entorpecen el discurrir del juego, y en cambio añaden nuevas opciones tácticas y estratégicas al juego. No llegamos a probar el reglamento Avanzado, que dejo para otra entrada futura en el blog.

No es una simulación histórica, es más bien un juego de estrategia ambientado en una época histórica, lo que no le quita un ápice de entretenimiento. Imperium Romanum II sí que es una simulación histórica de la época, y en cambio adolece del dinamismo que tiene este "Risk con vitaminas".

En conjunto una valoración positiva para el juego Conquest of the Empire, con las pegas que pueden tener muchos otros juegos:
  • poca interacción en los turnos de otros jugadores, limitándote a tirar los dados en las zonas en que eres atacado, alargando el tiempo de inactividad de los jugadores en espera. Tal vez en el Avanzado esto esté corregido con el uso del mazo de cartas
  • el efecto muy temido por mi de "me-habeis-eliminado-pronto-y-me-pongo-a-ver-la-tele". Si a un jugador se le elimina muy pronto en la partida (por su posición estratégica, por alianzas contra él o por ineptitud) ya no tiene modo de participar en el resto de la partida, o de reengancharse, con lo que la sensación de frustración y de estar perdiendo el tiempo es ciertamente desagradable. En juegos como Imperator puedes retomar el juego eligiendo la siguiente potencia neutral disponible, lo que te permite seguir jugando y probando nuevas estrategias. Y en otros como el parchís o la oca simplemente nunca eres eliminado ;-).

Recomendable para pasar tardes de panchitos y cervezas, pudiendo incluir a cualquier despistad@ que encuentres cerca, dado su bajo nivel de dificultad, espectacularidad de componentes y rapidez para empezar a jugar.

Makarren ahora escribe en HoryMiniaturas.

Comentarios

  1. Saludos.

    Vaya, tiene buena pinta ese juego, y me sorprende la duración de la partida, muy ajustada para los estándares del género.

    Me recuerda, por lo que comentas de que no es una simulación histórica, sino un juego de ambientación histórica, al Shogun, del que tengo pendiente hacer una reseña.

    http://boardgamegeek.com/boardgame/20551

    Lo de la inactividad en el turno del contrario es una pega en este tipo de juegos con tantos jugadores... Estaba resuelto en Civilization de forma impecable con el propio sistema de juego, y en Shogun también lo hacen así, con fases comunes a todos los jugadores, haciendo que el turno sea común. A día de hoy es algo sencillo de hacer y que da vidilla...

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