Carnevale: El Gremio

En el siglo XVIII en Venecia existían más de 250 gremios, todos de carácter autónomo y con sus propios estatutos. Los más importantes habían sido el Gremio de las Dársenas y el Gremio de los Pescadores, situados ambos en el sestiere de Cannaregio. La rivalidad entre estos dos gremios se acentuó de tal manera que, para detener la matanza, el Dogo hubo de intervenir. Para ello, a parte del uso de la fuerza política y de la guardia de la ciudad, les ofreció más ventajas que a ninguno.

El Gremio de Pescadores siguió ejerciendo su actividad muy asentado en el mismo sestiere y con gran afinidad con sus habitantes. El Gremio de las Dársenas, sin embargo, se vio abocado al desastre cuando las dársenas venecianas cesaron su actividad.

Obligados por la necesidad, los afiliados a este gremio decidieron dedicarse al latrocinio y otras actividades ilícitas. Con el tiempo pasaron a ser conocidos por el Gremio de los Ladrones, o simplemente El Gremio. Al principio se dedicaban al contrabando y  al robo y extorsión de los habitantes comunes de Venecia. Sin embargo, al poco tiempo, vieron que robar a los pobres no daba mucho beneficio. Así que cambiaron la orientación de sus actividades hacia objetivos más suculentos.



La nobleza y los turistas que acudían en masa a la ciudad dejaron de estar seguros en ciertos sestieres. La situación política que amparaba a los nobles caducos también garantizó cierta seguridad en el Gremio. El gobierno era incapaz de detener sus fechorías. Poco a poco el Gremio fue creciendo y actualmente es un poder político muy importante. Es un gobierno en la sombra, con miles de ojos y oídos. Su sistema de espionaje rivaliza con la propia Quarantia, A pesar de todo, son pocos los que en Venecia conocen el alcance de las acciones del Gremio. El silencio es recompensado, mientras que irse de la lengua comporta graves penas para los infractores. Incluso la muerte.

Cuarta entrega de la revisión de las facciones de Carnevale, pasamos a hablar de El Gremio de Ladrones, conocido simplemente como El Gremio.

El Gremio representa el crimen organizado de Venecia y a los ciudadanos de la República, aquellos que no han caído bajo las garras del Ospedale, no son lo suficientemente ricos como para formar filas con los Patricios o no son adoradores de Dagón junto con los Rashaar. Este curioso y variopinto colectivo resulta sumamente llamativo y supone una interesante aproximación al trasfondo de Carnevale a través del hombre de la calle. Las bandas de El Gremio están formadas por una heterogénea mezcla de ladrones y trabajadores de distintos ramos, incluyendo también a los matones polichinelas. El Gremio tiene unas motivaciones muy claras, dirigido por la misteriosa figura conocida como Rey de los Ladrones, trata de convertirse en una fuerza política con el suficiente peso en la ciudad como para orientar el gobierno de la República según sus propios intereses. Basando su poder en el pueblo llano, no es una organización caritativa, ya que sigue dedicándose a actividades ilegales. Sin embargo, los ciudadanos de Venecia que opten por afiliarse a este singular Gremio, contarán con el apoyo del mismo, así como con la opción de optar a pensiones para las viudas y huérfanos y ayudas en momentos de necesidad. A cambio, el acuerdo exige que los agremiados acudan a la batalla cuando los líderes de la facción lo requieran. Sin embargo, esto no es un peso muy grande a cambio de los beneficios obtenidos. A fin de cuentas, resulta más fácil hacer frente a las mascheratas o las razias del Ospedale en busca de nuevas víctimas o para probar sus armas apoyado por unos musculosos carniceros, hombres que, en el desempeño de su trabajo, usan habitualmente grandes ganchos y cuchillos con soltura.

El Gremio, al igual que Los Patricios, es una facción que carece de hechiceros entre sus filas. Todos los integrantes del mismo, al ser hombres y mujeres comunes y corrientes no parecen haber desarrollado ningún tipo de talento mágico, y los que puedan ser Dotados prefieren mantener en las sombras sus poderes o alquilarse como independientes. Sin embargo, no por ello la banda está desprovista de potencial. Por un lado, cuentan con la poderosa Baba Yaga, un personaje independiente que sólo puede ser reclutado por El Gremio y que aporta el potencial mágico del que carece el resto de la banda. Por otro lado, esta facción representa una gran versatilidad de opciones, ya que puede llamar a sus filas a los polichinelas, expertos en combatir con superioridad numérica, los robustos carniceros y sus cuchillos, los barberos con sus afiladas navajas, o las hermosas y seductoras meretrices. Al fin y al cabo, nadie espera que una bella joven de mirada inocente y visibles encantos sea capaz de clavarle un cuchillo en el estómago mientras le sonríe con picardía. Además, estas señoritas de vida alegre son las especialistas en curación de la facción, por lo que siempre es recomendable incluir a una de ellas en cualquier alineación. Otro punto fuerte de El Gremio es que la mayoría de sus miembros posee la regla de Repetir dados, lo que les permite volver a tirar uno o más dados en una tirada para así obtener mejores resultados.

A causa de todo esto, las alineaciones de El Gremio pueden resultar muy variadas, contando con el apoyo de los sencillos ciudadanos de Venecia, con los profesionales de distintos sectores que aportan sus propias destrezas y con la capacidad de convertir en armas letales que nada tienen que envidiar a una espada o una bayoneta. Cuchillas de carnicero, ganchos para la carne, cuchillas de afeitar, afiladas hojas que una meretriz puede esconder en su escaso atuendo, las porras de una horda de polichinelas, son todo objetos comunes, que en su uso habitual no llaman la atención o pueden ser improvisados como armas (una porra no es más que un palo, que puede obtenerse rápidamente reventando una silla, por ejemplo), convierten a esta facción en un auténtico peligro para sus adversarios.

El Gremio representa el poder del pueblo, la unión de los trabajadores para obtener el respeto, la justicia y la dignidad social de las clases oprimidas. Cierto es que esta metáfora idealista queda un tanto empañada a causa de que la organización que moviliza a los trabajadores sea un sindicato del crimen que regenta casinos donde desplumar a los nobles, y dirige las redes de prostitución, entre otras actividades criminales. Pero a fin de cuentas, es una facción que ha sabido reconocer el poder de base de un estado, el pueblo, y está dispuesto a usarlo y mejorar sus condiciones de vida.

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