Conquest of the Empire - Empezando una partida PBEM

Como ocurre en muchas de nuestras experiencias vitales, lo que hicimos en el pasado se recuerda con cierta nostalgia que el tiempo se encarga de edulcorar.

Hace un tiempo que le venía dando vueltas a esto de montar alguna partida por correo (PBEM, o Play By E-Mail que dicen), en un ánimo de rememorar los viejos tiempos de Horydiplomacy (que en paz descanse) en los que tanto haciendo de árbitro como de jugador luchábamos por el control de Europa, del mundo entero o de la mismísima Tierra Media.

Esa ganas aumentaron cuando me he puesto a participar en un juego por correo montado por uno de los integrantes del foro de La Armada (centrado generalmente en temas de miniaturas y afines) llamado Rumble in the Jungle. El juego, de desarrollo abierto (permite a los jugadores sugerir nuevas reglas) y con cierto aire rolero, nos pone en la piel de un aguerrido jefe que lucha por el control de Moshilandia, un ficticio país inmerso en una guerra civil en mitad del África post-colonial. Todo esto regado con ciertos toques de humor que hacen más llevadera toda la partida.

En esta partida llevo al Dr. Julius Mbote, lider del FUCK (Frente Unificado Comunista Kukuyu), que protege a la minoría étnica kukuyu de los ataques de las tropas del coronel Abún.

Ni corto ni perezoso (¡cómo me gustan estas frases!) busqué algunos antiguos amigos diplomáticos y les ofrecí la posibilidad de montar una partida de algún juego de estrategia por turno "como el diplomacy, pero con alguna regla más". A algunos de ellos les veo muy ocasionalmente (cosas de la vida) y la partida puede ser una excelente excusa para mantenernos en contacto.

Y aquí es donde llega el Conquest of the Empire, juego del que ya hablé en una vieja entrada en este mismo blog. Lo que podrían llegar a ser defectos (poca interacción entre jugadores durante los turnos individuales, posible eliminación de un jugador antes de finalizar una partida...) en una partida de PBEM no tienen tanta repercusión. Así que decidimos montar una partida para cuatro jugadores.

Originalmente pensé en utilizar el módulo del VASSAL que tiene para el juego, pero no me encajaba en mis labores de árbitro, de tal modo que terminé decidiendo que haría el trabajo manualmente con imágenes cogidas de la BoardgameGeek y editadas con el GIMP.

Así quedará el tablero de juego durante la partida


Si alguien tiene curiosidad por montar su propia partida de Conquest of the Empire (con árbitro), estas son las modificaciones al reglamento que vamos a hacer para adaptarlo a la nuestra:

  •  Cada turno tendrá dos fases (dos correos por turno, como en Diplomacy -movimiento y retiradas-):
    • FASE 1:  
      • Desplazamiento
      • Combate
    • FASE 2:
      • Recolección de tributos
      • Destrucción de ciudades propias
      • Compra de nuevas piezas
      • Colocación de nuevas piezas
  • En los combates no hay retiradas. Se lucha hasta la última pieza, ignorando todas las reglas de retiradas (y para evitar la interacción entre jugadores que había durante el combate).
  • Dado que no habrá retiradas en los combates la mortalidad de los generales previsiblemente aumentará. Aunque las reglas de negociación para "devolver" un general pueden ser interesantes y añadir color a la partida, un jugador con déficit de generales cuyos oponentes no quieran "devolverselos" no tendrá manera real de recuperarse. De este modo se pueden comprar generales a la módica cantidad de 30 Talentos (precio que será afectado por la inflacción como las demás piezas del juego).
  • En todos los agrupamientos de tropas de más de 5 piezas, hay que indicar el orden en que combatirán, con las letras siguientes: I para Infantería, C para caballería, A para catapultas (artillería). De este modo, una manera de colocar las unidades para un combate donde estén 7 de infantería, 3 de caballería y 2 catapultas podría ser así: IIICAIICCIIA. Esto servirá para ir montando automáticamente las "Legiones de Batalla" (ver las reglas de combate) según vaya asignando aleatoriamente los daños en los combates. Según me ha parecido leer, lo interesante es dejar las catapultas en la retaguardia.
  • Perder al César sigue significando perder la partida.
  • Las órdenes de movimiento se escriben todos a la vez, y se resuelven en orden aleatorio decidido cada turno (no con el orden indicado en las reglas del juego). De este modo ningún jugador sabrá si para cuando sus legiones se mueven de un territorio a otro, el anterior jugador ya ha movido o no. Esto dará que pensar a los jugadores tanto en qué ocurrirá si mueven primero como si mueven después.

Si me animo iré poniendo cada turno completo una entrada en el blog comentando las visicitudes de nuestros esforzados aspirantes a Emperador. Y puede que esto sea el germen de una nueva serie de partidas de juegos por correo, recuerdo de las de Diplomacy de su momento.

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